Clostridium difficile es una bacteria que se encuentra con cierta frecuencia en personas sanas, tanto niños como adultos, formando parte de la flora bacteriana intestinal sin ocasionar ningún problema de salud. Sin embargo, la toma de antibióticos puede alterar la flora bacteriana y favorecer que esta bacteria se reproduzca en nuestro intestino causando la infección que lleva su nombre, infección por Clostridium difficile, debido al efecto de las toxinas que libera.
Esta infección se puede presentar de varias maneras, desde la diarrea, que es la más habitual, hasta la colitis pseudomembranosa, que es la más grave, y suele deberse al uso previo de antibióticos. Algunos antibióticos destruyen la flora natural, bacterias beneficiosas que tenemos en el intestino, y eso permite que Clostridium difficile se reproduzca y provoque diarreas.